jueves, 2 de febrero de 2012

Respiramos el mismo aire, pero lo usamos diferente.

Respiramos el mismo aire pero lo usamos diferente. Pisamos el mismo piso, pero no todos pisan al mismo nivel. Hablamos el mismo idioma y rara vez nos entendemos. Podríamos vivir bajo el mismo techo y no llegar a conocernos nunca. Podríamos dormir en la misma cama, podriamos cojer noches enteras sin parar y aún así no saber qué piensa el otro jamás. Tal vez es parte del misterio, parte de la mística. Todos tratando de ser diferentes, uno más único que el otro, todos tratando de ser relevantes.
Algunos días lo encuentro dívertido, otros me parece terriblemente monótono y predecible. Tal vez si no estuvieran todos tratando de ser alguien constantemente, si tan sólo respiraramos el mismo aire de la misma manera por un rato, si compártieramos el mismo suelo y hablaramos el mismo idioma, es más, tal vez si ni siquiera habláramos, sería más facil todo. No sé, digo. Qué se yo.

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